Sierra Espuña es un espejismo de verdor en las resecas tierras del sureste español. Los murcianos siente gran afecto por esta serranía del valle del Guadalentín por lo que tiene de ejemplo en la recuperación del medio natural.
Vía Minube. Paco Nadal. Su cubierta autóctona de bosque mediterráneo desapareció por la tala excesiva. Entre 1891 y 1908 el ingeniero forestal Ricardo Codorniú, conocido como “el apóstol del árbol”, al frente de un equipo de técnicos asumió el reto de reforestar las paupérrimas laderas de Sierra Espuña. Una inteligente diseminación natural, la elección adecuada de las especies y más dos millones de árboles plantados por año, a lo largo de más de una década, hicieron posible el milagro.
Hay varias entradas para subir a la sierra, pero la más común es la que sube desde Alhama de Murcia. Desde esta población las señales llevan a tomar la estrecha carretera que asciende hasta Fuente Rubeos, el corazón del parque y la zona más frecuentada por excursionista de día. Aquí hay mesas y bancos, buena sombra para picnic y un merendero. Aquí está también la antigua Casa Forestal de Huerta Espuña y, en otro edificio cercano que perteneció a Cáritas, el Centro de Visitantes Ricardo Codorníu, donde se explica la importancia de este espacio natural dentro de las cordilleras levantinas.
Desde allí se puede seguir en ascenso con el coche hasta la cima del Morrón, la cumbre cimera de Sierra Espuña, donde encontraremos una base militar y unas formidables vistas de toda la vega murciana.
Por esa misma carretera que va de Fuente Rubeos al Morrón veremos un desvío a la derecha también asfaltado que lleva a la casa forestal de La Perdiz y más tarde a la pedanía de El Berro. En La Perdiz existe otro restaurante y un aparcamiento donde dejar el coche para empezar una de las rutas a pie más interesantes de toda la sierra: la que se interna por el valle de Leyva.
Por el fondo del valle discurre una pista forestal muy amplia. En 40 minutos se alcanzan las paredes de Leyva, unos contrafuertes calizos que cierran el valle por el norte. Es una de las mejores escuelas de escalada del sureste español. La zona más conocida y atractiva es el Gran Techo, un extraplomo de 40 metros de altura. En total existen más de 100 vías de escalada abiertas, alguna de grado 8a.
Siguiendo valle arriba por la misma pista se llega en otros 30 minutos al Refugio de Leyva, una pequeña construcción de planta cuadrada y tejado a dos aguas que permanece siempre abierta y en relativo buen estado de conservación para quien necesite guarecerse. Desde el refugio se tiene una magnífica panorámica del valle y las murallas calizas que lo cierran.
Se continúa remontando la pista hasta el collado Blanco. Esta divisoria de aguas, a 1.226 metros de altitud, permite ver por un lado Leyva y por el otro Prado Mayor y los altiplanos de Malvariche, donde aún quedan algunas casas tradicionales de labranza.
Apenas 30 metros después de cruzar el collado hay que dejar la carretera de tierra, que baja a Fuente Blanca y Prado Mayor, y tomar una pista estrecha y bien marcada que sale a la izquierda, en ligero ascenso, que se dirige a un pino solitario y retorcido. Pronto se convierte en un sendero que termina en los Pozos de la Nieve, construcciones del siglo XVI que funcionaban a modo de frigoríficos de la antigüedad.
Cuando caían las primeras nieves las cuadrillas de obreros llenaban a paladas la cavidad y la segmentaban en capas, que separaban con un piso de ramas de coscojas o enebros. En verano, el preciado hielo era transportando por las noches en carros hasta Lorca, Cartagena, Murcia e incluso Orihuela.
Sierra Espuña está protegida como parque regional. Además de éste que sube a los pozos de la Nieve por Leyva existen otros muchos senderos señalizados con marcas blancas y amarillas. Entre lo más recomendables están la senda de Fuente Alta, los senderos de La Santa y Aledo y el de la Umbría del Bosque.
Dónde dormir y comer
- Hospedería Bajo el Cejo, en El Berro; tel. 968 66 80 32. Una encantadora hospedería formada por las antiguas casa de carboneros de El Berro y un molino de agua: bajoelcejo.com.
- Cortijo Las Golondrinas, en Gebas; tel. 968 63 62 05 y 639 350 181. Un estupendo conjunto rural, con tres casas anexas de diversa capacidad; decoración cálida y mobiliario sencillo. Organizan actividades en Ecoespuna.
- Restaurante casa forestal de La Perdiz; tel. 968 431 060. Un lugar campestre en el que tomarse un arroz con conejo en plena sierra. Tiene además dos casas rurales anexas, para seis personas cada una en Casas rurales La Perdiz.
Más información
Más información Centro de Interpretación Ricardo Codorniú, en Fuente Rubeos; tel. 968 43 14 30. www.sierraespuna.com